Una imagen de Bilbao a nuestros pies

Si nos fijamos cuando vamos andando por casi todas las aceras de Bilbao podemos encontrarnos una característica baldosa. Esta baldosa tiene el nombre de Baldosa de Bilbao. Su dibujo aparenta una roseta que en sus comienzos era de hormigón y arena gruesa cubierta con viruta de hierra. Actualmente se hacen con cemento aunque todavía hay zonas en las que siguen estando las antiguas baldosas. Estas baldosas se utilizan en las aceras de la capital vizcaína desde que se sustituyo el antiguo asfalto.

Este tipo de baldosa es adecuada al clima bilbaíno, ya que por los cuatro surcos en forma de flor son perfectos para que desagüe la lluvia. Esta baldosa fue diseñada a principios del siglo XX. La baldosa de Bilbao se exportó a numerosas ciudades de todo el mundo, especialmente en España, Guinea Ecuatorial y varios países de Sudamérica como Argentina.

Esta baldosa es una imagen de Bilbao, y es utilizada como un símbolo como podrían ser los carteles festivos, repostería, recuerdos y hasta los premios “baldosa de Bilbao” repartidos por Bilbao Ekintza. Comenzaron a fabricarlas en un taller propio entre los años cuarenta y cincuenta del siglo XX. Aunque, según Fernando Sáenz de Enchenique, profesor del Instituto de Enseñanza Superior Rekaldeberri, la fecha en la que se fabricaron las primeras es anterior, entre los años veinte y treinta.